¿Necesitas reestructurar una deuda en tu empresa?

Cuando requerimos de ayuda para saldar una deuda, disponemos varias posibilidades para que no se produzca el impago, entre las que tenemos  la refinanciación, la reestructuración, la recuperación de deuda. Estos conceptos no deben de crear confusión ya que la principal diferencia entre reestructuración o renegociación y refinanciación es que la primera hace referencia a un cambio en su estructura como puede ser vencimiento, duración, etc ; El refinanciamiento conlleva cancelar préstamos antiguos con un nuevo proceso, las deudas se consolidan y se requiere una nueva línea de crédito para cubrir esa deuda. La refinanciación también tiene sus ventajas, y si estás pensando en solicitarla, te recomendamos que conozcas las “Ventajas de la Consolidación de Deuda”.

¿En qué consiste la reestructuración o renegociación de deuda?


Se pueden usar estas soluciones cuando anticipamos que no podremos efectuar los pagos, o cuando estamos retrasados ​​en nuestras deudas porque una es más limitada que la otra.

Tanto la reestructuración como la renegociación presuponen una evaluación con el banco en los términos que ya han sido pactados para que el dicho crédito esté a tiempo y siga haciendo los pagos mensuales. La renegociación implica una solicitud para modificar las condiciones del crédito originalmente pactadas por el acreditado con la entidad financiera.

Una de las ventaja de la renegociación es que podemos reclamar cuando ya tenemos pagos atrasados, pero en este caso hay que tener en cuenta que sólo se puede reclamar cuando el importe de la mora es superior a los dos meses. Otra ventaja es que si se llega a un acuerdo con la institución financiera de la que obtuvimos un préstamo, nuestro historial crediticio no se verá afectado negativamente por la modificación de estos términos.

Por otro lado, la reestructuración de deuda es un arreglo en el que la institución financiera toma todas las deudas del cliente y las consolida en una nueva obligación ajustando las tasas de interés y los vencimientos. Es fácil confundir este concepto y renegociar cuando solo tienes una deuda, pero la mayor diferencia la vemos en la acción y afectará negativamente nuestro historial crediticio porque el banco califica al deudor con una calificación de riesgo más alta.

La única forma que no afecta nuestra historia en este caso es brindarle al banco una mayor seguridad para el nuevo préstamo, como una oferta inmobiliaria, socio o garante. Para este último concepto, te recomendamos revisar nuestros artículos “La garantía bancaria es difícil de encontrar” y “Cosas que debes saber antes de obtener un préstamo”.

Las razones para reestructurar una deuda


La mayoría de las veces pensamos en reestructurar una deuda o refinanciarla porque vemos como aumenta nuestro crédito con las entidades financieras y las dificultades para poder resolverlo. En ocasiones la reestomización del capital es promovida por la necesidad de cobrar deudas estableciendo un nuevo préstamo para cancelar todo antes del pago mensual. Otra de las razones principaes es la de mejorar las condiciones de préstamo y se puede obtener reorganización. Las principales razones que consideramos para renegociar o reestructurar nuestra deuda son las siguientes:

Cuando esperábamos dificultades para cumplir con nuestras obligaciones de pago de deuda, esta situación se debió a factores externos que afectaron nuestros ingresos.

Una vez que estemos atrasados ​​en nuestra deuda, podremos optar por renegociar nuestra deuda de acuerdo al tiempo de retraso que tengamos, ya que si estamos más allá de dos meses, no podremos hacer un pedido. En este caso de retraso en el pago, la reestructuración no será una opción.

Se deben tener en cuenta dos riesgos principales:

El solicitante de una renegociación o reestructuración no tiene autoridad para determinar los nuevos términos a convenir, salvo la posibilidad de que la institución financiera se niegue a modificar los términos originales. Por otro lado, en cuanto a la renegociación, existe el riesgo de incumplimiento de los acuerdos con la entidad, por lo que si el solicitante deja de realizar los pagos o se retrasa por 30 días o más, tanto la reestructuración del crédito como la mora en el pago pueden conducir a su ingreso en el historial crediticio, lo que afecta negativamente las calificaciones. 

Cómo realizar la reconstrucción o renegociación de la deuda correctamente


Ya sea para solicitar la reestructuración de la deuda o la renegociación de sus términos, así como solicitar el refinanciamiento, lo mejor es acudir a una institución financiera y que nuestros asesores presenten una solicitud para modificar los términos de nuestro préstamo. En este trámite, deberá informarnos de lo siguiente:

Se acordará los nuevos términos: plazos, planes de pago, precios, etc. También puede ser de ayuda a nivel institucional que nos proporcionen una “hoja de asignación” así como ayudarnos en caso de que necesitemos asignar nuestras deudas. Consecuencias en caso de incumplimiento de la devolución de las deudas en los nuevos términos.

Qué debemos tener en cuenta

Pueden ser opciones útiles para afrontar nuestros problemas de hacer frente al pago de la deuda cuando nos encontramos en situaciones complejas de solvencia, pero no debemos olvidar las siguientes:

Estas son buenas opciones siempre y cuando se usen correctamente, ya que no son una estrategia de salida de deuda por nuestra cuenta, sino que se basan en mejorar los términos del préstamo y posiblemente obtener más alivio en el futuro. Fin de mes liquidando así nuestro nivel de endeudamiento. Si no lo usamos correctamente, podría ser un problema, cubriendo el problema al principio pero aumentando más tarde.

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